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Tarde o temprano las empresas se ven en la necesidad de mejorar sus niveles de servicios, ya sea por la presión operacional que ejerce la industria logística o por la rapidez  y exactitud que exigen sus clientes en los pedidos. 

“Cada operación es un mundo”. Ante este escenario, es fundamental  conocer las características que tiene cada eslabón de la operación. Dimensiones estructurales, niveles y rotación de inventarios números de pedidos, tecnologías existentes, tipos de clientes  o diferentes canales de ventas son algunos de los aspectos a considerar al momento de analizar y determinar las eventuales mejoras. 

Con dicho punto ya definido es importante salir en busca de un partner tecnológico, cuya visión de servicio esté basada en la flexibilidad, asesoría, cercanía y adaptabilidad; cualidades que logística moderna son fundamentales.  Así, la anhelada atención personalizada se ha transformado en el pilar central de una implementación tecnológica, considerando las dimensiones que estos proyectos tienen en la actualidad, en cuanto a nivel de inversión y de expectativas operacionales.  

Pero no se puede optimizar ni mejorar algo que  no se conoce. Identificar los puntos débiles de una operación logística es el primer paso para optimizarla. Así el proveedor escogido por la compañía debe contar con un soporte de consultoría especializado -antes y durante la implementación- y preocuparse además del intercambio y transferencia del conocimiento al cliente. 

 

Por ejemplo, en el mundo de las implementaciones de WMS –software clave para la optimización y mejora logística- la asesoría y consultoría son claves para dimensionar los reales alcances de estos proyectos y sus etapas; y para eso hay que tener en cuenta, lo siguiente: 


Expectativas del Proyecto: Qué espera el cliente con esta nueva tecnología y así enfocar los esfuerzos en determinados procesos.


Objetivos: Estos deben estar claros y conocidos por todas las partes involucradas para así medir y proyectar el real alcance de la implementación de esta tecnología. 


Conocimiento: Dada la magnitud de estos procesos tecnológicos es primordial considerar al equipo de colaboradores del cliente en la transferencia de conocimiento, ya que es fundamental entender que ninguna tecnología por si sola es capaz de resolver todos los problemas operacionales de una empresa.[/norebro_text]

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Considerada como una de las tendencias con mayor atención en el sector empresarial, la adopción de las tecnologías Cloud se abren camino en el mundo logístico, lenta pero sistemáticamente, principalmente debido a que los tomadores de decisiones resienten dejar en manos de ‘terceros’ un aspecto tan determinante de su operación como lo es la implementación y soporte de su WMS.

Con ello en mente es importante rescatar algunos conceptos que pueden ayudarnos a entender mejor de qué se trata esta tendencia y cuáles son sus características.

Básicamente, el Cloud Computing es el procesamiento masivo de datos, almacenamiento de información y servicios web que corren a través de servidores conectados a internet y por los cuales se tiene acceso a la información con sólo una conexión a la red. Como se ha establecido en las líneas precedentes, a través de este tipo de servicios se pueden comprar e instalar soluciones de software internamente y rentarlas a un proveedor externo que las almacena en sus propios servidores.

En la actualidad, el modelo Cloud se mueve en tres dinámicas: Infrastructure-as-a-Service (IaaS)

Platform-as-a-Service (PaaS) y Software-as-a-Service (SaaS), cada una de ellas con características técnicas y de costos específicas.

La primera dinámica implica que el cliente posee el software (WMS) mientras se renta al proveedor la infraestructura o el poder virtual para ejecutarlo de acuerdo a sus necesidades.

La segunda, implica que el proveedor renta una plataforma. Los servicios provistos incluyen todas las fases del ciclo de vida de desarrollo y puede usar programas de aplicación de interfaces, portales de Websites o software de Gateway.

La tercera dinámica implica la renta del software al usuario, generalmente provisto a través de un portal web o un front end. El usuario final es libre de utilizar este servicio donde quiera, mientras que el proveedor cobra una tarifa por uso.[/norebro_text]